Parecía que la revolución digital podría terminar con el comercio tradicional, pero nada más lejos de la realidad, la tienda física no sólo resiste, sino que se hace fuerte, casi protagonista en el negocio online.
Los caminos online y offline se separan y se cruzan trenzando un negocio completo y moderno que se nutre de las ventajas de ambos entornos.
El comerciante tradicional tiene dos grandes aliados en la versión digital, la comodidad y la deslocalización, si un empresario incrementa su actividad con una web o app de comercio electrónico, facilita el acceso a su producto o servicio y, por tanto, aumenta su área de influencia.
Pero esa no es la única ventaja, entre el cliente y el comercio se establece un canal directo de comunicación, que no solo permitirá al vendedor descubrir la identidad de su cliente sino su ubicación y sus preferencias, y también sus quejas si las hubiere.
Ese estudio de la información que brinda la experiencia digital se puede convertir en un arma muy poderosa para el desarrollo del negocio.
Por ejemplo, podría conocer si hay una alta concentración de clientes en lo que podría ser la ubicación de una nueva tienda física, podría conocer públicos objetivos con los que no se contaba hasta la fecha, realizar una mejor selección de productos o segmentar de forma óptima cualquier acción publicitaria.
Ganar experiencia en el conocimiento del cliente y de su comportamiento dentro y fuera de la tienda siempre es un valor a futuro para un negocio. Pero lograr un canal directo y gratuito con él y por el que pueda fluir la información de forma bidireccional es un filón por explotar.
La siguiente pregunta es ¿La tienda online necesita una tienda física?, Hasta Amazon piensa que sí y se está asociando con pequeños comerciantes para vender sus productos, además abrió en Madrid una tienda física dónde se pueden ver sus productos.
La tienda física aporta credibilidad, confianza e interés y prácticamente ningún negocio de comercio online precinte totalmente de ella
Estos son algunos puntos clave en la venta offline y online:
  1. Utilizar todos los canales a nuestro alcance para acceder al público, aunque es importante buscar la convergencia a la hora de formalizar la compra.
  2. Aprovechar la información sobre los clientes que el medio online proporciona, para desarrollar también el negocio offline.
  3. Estrecha la relación con el consumidor: la cercanía que proporcionan los chats, emails y comunicaciones intercambiadas directamente contribuirán a reforzar el vínculo con la marca en general.
  4. Estudiar los datos obtenidos para investigar aspectos de mejora concretos.
  5. Respetar la información que ofrece el cliente sin invadir su intimidad ni ser demasiado incisivo.
Los seguros, la automoción, la inmobiliaria, la restauración exprimen la capacidad del medio online para expandirse, darse a conocer, mostrar gamas completas, crear necesidades, provocar deseo y evitar desplazamientos, pero dirigen oportunamente al consumidor al punto físico: vamos al concesionario a probar coches, comunicamos los siniestros por teléfono, adoramos las degustaciones, y compramos la ropa por Internet, pero luego preferimos hacer las devoluciones en persona. Al ser humano le gusta tocar, hablar, ver caras y escoger los lugares y los momentos en los que quiere dirigirse a una empresa.
Somos cómodos y celosos de nuestra libertad, y la venta a domicilio, y las llamadas telefónicas a los hogares caen en picado.