Te explicamos cómo entendemos que debe abordarse un proyecto de marketing digital

Página web confusa
Es muy frecuente ver campañas de marketing digital, incluso de pago, que dirigen a una página web confusa, de aspecto poco profesional, demasiado genérica, o una combinación de todo lo anterior.
En algunos sectores, se entiende que la página web no es algo relevante cuando no entran clientes de forma constante a través de ella, olvidando que es parte esencial de la imagen de nuestra empresa, y que nuestros clientes actuales lo tienen en cuenta a la hora de valorar la seriedad y calidad de nuestros servicios y productos. No se concibe actualmente contratar a un proveedor sin echar una ojeada a su página web. ¿Realmente es la imagen que queremos dar sobre nosotros? ¿Es posible que un buen trabajo comercial y de producción y entrega de productos o servicios quede gravemente mermado por culpa de no haber renovado nuestra página web? Merece la pena dedicarle unos minutos de tu tiempo a plantearse esto.

Por lo tanto, no se concibe el inicio de ninguna campaña de marketing online en la cual la página web no tenga una mínima profesionalidad y claridad, así como una serie de «páginas de aterrizaje» para cada familia de productos o servicios, así como para cada tipo de cliente. Cuando ese cliente aterriza en nuestra página web, debe sentir que ha llegado a la empresa especializada en cubrir sus necesidades concretas. Y cuando un cliente está buscando un servicio, igualmente debe aterrizar en la página web dedicada a ese servicio.
La página web debe ser dinámica, cambiar con la empresa, anunciar cada campaña que hagamos, cada evento, cada cambio en el escaparate, y no podemos depender de un informático o empresa externa para cada mínimo cambio. Es por eso que debemos exigir una página web autogestionable, junto con el curso de formación que nos permita hacerlo.
Una vez completada la página web, debemos fijar una estrategia de marketing 360. ¿Qué es esto? Debemos conseguir que todas las acciones publicitarias o promocionales vayan de lo online a lo offline, vayan acompasadas, y que cada acción se apoye en las otras. Cada red social entre sí, por ejemplo. El posicionamiento en Google, las campañas de Google Ads, etc. Cada vez que hacemos ruido con un nuevo producto, por ejemplo, debemos hacerlo de forma que a un cliente le lleguen impactos de varios canales distintos, lo cual transforma radicalmente la efectividad de las campañas y contribuye a crear una potente imagen de marca.
Es muy frecuente ver campañas de marketing digital, incluso de pago, que dirigen a una página web confusa, de aspecto poco profesional, demasiado genérica, o una combinación de todo lo anterior.
En algunos sectores, se entiende que la página web no es algo relevante cuando no entran clientes de forma constante a través de ella, olvidando que es parte esencial de la imagen de nuestra empresa, y que nuestros clientes actuales lo tienen en cuenta a la hora de valorar la seriedad y calidad de nuestros servicios y productos. No se concibe actualmente contratar a un proveedor sin echar una ojeada a su página web. ¿Realmente es la imagen que queremos dar sobre nosotros? ¿Es posible que un buen trabajo comercial y de producción y entrega de productos o servicios quede gravemente mermado por culpa de no haber renovado nuestra página web? Merece la pena dedicarle unos minutos de tu tiempo a plantearse esto.

Por lo tanto, no se concibe el inicio de ninguna campaña de marketing online en la cual la página web no tenga una mínima profesionalidad y claridad, así como una serie de «páginas de aterrizaje» para cada familia de productos o servicios, así como para cada tipo de cliente. Cuando ese cliente aterriza en nuestra página web, debe sentir que ha llegado a la empresa especializada en cubrir sus necesidades concretas. Y cuando un cliente está buscando un servicio, igualmente debe aterrizar en la página web dedicada a ese servicio.
La página web debe ser dinámica, cambiar con la empresa, anunciar cada campaña que hagamos, cada evento, cada cambio en el escaparate, y no podemos depender de un informático o empresa externa para cada mínimo cambio. Es por eso que debemos exigir una página web autogestionable, junto con el curso de formación que nos permita hacerlo.
Marketing 360
Una vez completada la página web, debemos fijar una estrategia de marketing 360. ¿Qué es esto? Debemos conseguir que todas las acciones publicitarias o promocionales vayan de lo online a lo offline, vayan acompasadas, y que cada acción se apoye en las otras. Cada red social entre sí, por ejemplo. El posicionamiento en Google, las campañas de Google Ads, etc. Cada vez que hacemos ruido con un nuevo producto, por ejemplo, debemos hacerlo de forma que a un cliente le lleguen impactos de varios canales distintos, lo cual transforma radicalmente la efectividad de las campañas y contribuye a crear una potente imagen de marca.